• Aporta la cantidad y calidad adecuadas: proteínas, lípidos, almidones, carbohidratos, vitaminas y minerales.
• Es especialmente rico en lisina, un aminoácido que falta en otros granos y que favorece la ejecución de las funciones cerebrales.
• Promueve el buen funcionamiento del aparato digestivo.
• Sus grasas insaturadas ayudan a reducir los niveles de colesterol en la sangre.
• Libre de gluten por lo que puede ser consumido por personas hipersensibles a esta proteína, presente en los demás cereales.
• Contiene escualeno, aceite que se extrae de las ballenas del mar del norte y aporta numerosos beneficios a la piel.
• Su alto contenido de Calcio, Hierro y Vitamina C, fortalece el sistema inmunológico y previene la anemia y la osteoporosis.
• La hoja contiene ácido fólico, que evita problemas neurodegenerativos en la gestación y es rica en Calcio, Hierro, Fósforo, Vitamina A, C, D y K.
• La porción adecuada de consumo diario para un niño es de 20 gr. y para adulto de 40 gr.
• Con ello se cubre el requerimiento protéico necesario puesto que las proteínas no pueden almacenarse.
• Tiene un bajo costo comparado con otras fuentes de proteína como la leche, carne y huevos.
• Se puede preparar en distintas maneras como: tortillas, tamales, repostería y diversos guisos.
• Aporta beneficios sobre la salud humana.
• Es originario de Mesoamérica y junto con el maíz y el frijol constituían la dieta básica de los prehispánicos. El consumo de estos tres granos aportan la proteína ideal.
• En 1985 la OMS (Organización Mundial de la Salud) y la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) denominaron al amaranto como el mejor alimento de origen vegetal que existe para el consumo humano.